A la llegada del
instituto, Sofía vuelve a casa y se dirige al buzón, esta vez encuentra, entre
otras cartas, una para ella. En esta carta, la persona misteriosa, le habla
sobre la Filosofía.
Otro día vuelve al buzón
y descubre otra carta. En dicha carta le plantean una nueva pregunta: “¿Quién
soy?”. También le habla sobre los filósofos y sobre lo que estos
piensan.
A la mañana siguiente no había nada en el buzón, pero
después encontró una. Comenzó a leerla. El hombre misterioso le cuenta dónde,
cuándo y cómo surgió la Filosofía. Para explicarle qué quiere decir “tener una
visión mítica del mundo”, le muestra el mito de Tor. Con este mito deducimos
que para toda pregunta, la respuesta era sacada de un mito. Los hombres creían
que los dioses les salvaban de todo mal, pero sabían que estos no podían
salvarlos siempre, entonces es cuando nacen los ritos, para poder alabar a los
dioses y luchar contra las fuerzas del mal. También le habla del mito de Trym,
que tiene que ver con el de Tor, pues Trym era el rey de los gigantes ( el malo)
y Tor era el dios bueno. Este mito se cuenta para explicar algo; lo que ocurre
en el mundo de los humanos tiene fácil explicación con este mito. Sobre él se
han realizado ritos.
Homero y Hesíodo
escribieron muchos mitos griegos, muchos de ellos criticados por los primeros
filósofos griegos.
Para terminar la carta,
le aclara que los filósofos persiguen un objetivo: encontrar explicaciones
naturales para todo fenómeno natural.
Sofía le encuentra
sentido a todo lo que dice la carta y comprende que los seres humanos debían
encontrar explicaciones para todos los fenómenos de la naturaleza y entonces,
nacen los mitos.
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