domingo, 9 de junio de 2013

El mundo de Sofia (11 de 11)

Sofía Amundsen no había estado nunca muy contenta con suaspecto. Le decían a menudo que tenía bonitos ojos almendrados,pero seguramente se lo dirían porque su nariz era demasiadopequeña y la boca un poco grande. Además, tenía las orejasdemasiado cerca de los ojos. Lo peor de todo era ese pelo liso que  resultaba imposible de arreglar. A veces su padre le acariciaba el pelo llamándola la muchacha de los cabellos de lino», como la pieza de música de Claude Debussy.



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